Netflix presenta Olimpo: Los dioses del deporte, una serie española de adolescentes ambientada en un centro de alto rendimiento deportivo. Tras el éxito de Élite, esta nueva producción busca cautivar al público juvenil con un elenco fresco, temas actuales y una trama intensa llena de secretos, rivalidades y ambición.
Una nueva vida en el CAR Pirineos
Zoe llega al Centro de Alto Rendimiento Pirineos (CAR Pirineos) sin ningún interés por el deporte competitivo. Su ingreso ocurre tras un trágico accidente en el que fallece su mejor amiga Yaiza, quien sí soñaba con entrenar allí. A su llegada, es recibida por Nuria, una joven entusiasta del equipo de natación artística liderado por la talentosa Amaya.
Amaya es vista como la atleta ideal: disciplinada, carismática y próxima a ser seleccionada por Olimpo, una empresa que patrocina a los mejores talentos deportivos. Sin embargo, la repentina elección de Zoe como nueva patrocinada desata la tensión y la rivalidad.
Temas centrales: dopaje, identidad y presión
Uno de los temas más impactantes de la serie es el dopaje en el deporte juvenil. Amaya comienza a sospechar que Nuria podría estar dopándose. A medida que se desarrolla la trama, se revelan rumores de consumo de sustancias por parte de otros atletas, y la directora Isabel parece hacer la vista gorda.
El drama se intensifica cuando Nuria colapsa durante una competencia, tras ser empujada al límite por Amaya. Esto siembra dudas en todos, incluso en Zoe, sobre los métodos y la ética dentro del centro.
Paralelamente, se exploran temas como la homosexualidad en el deporte. Roque, estrella del equipo de rugby, enfrenta homofobia por parte de sus compañeros, especialmente tras publicar una foto íntima con otro jugador. Su historia da visibilidad a una realidad poco tratada en series juveniles.
La oscuridad detrás de Olimpo
Zoe, Renata y Amaya comienzan a descubrir que Olimpo no es solo una marca de patrocinio, sino parte de una red que experimenta con tratamientos dopantes indetectables para crear atletas “perfectos”. Renata, intersexual, sufre tratamientos médicos invasivos. Cristian, tras una crisis personal, también se somete al misterioso tratamiento con resultados físicos sorprendentes.
A medida que avanzan los episodios, varios personajes –como Jennifer– son descubiertos dopándose y expulsados del centro. Isabel, la directora, es arrestada, y Hann toma el control del centro con una postura aún más estricta.
El dilema final: ¿rendirse o denunciar?
Zoe, Amaya, Roque, Cristian y Sebas se enfrentan al dilema de denunciar a Olimpo. Mientras tanto, Amaya –presionada por su madre y alejada de sus antiguos amigos– termina cediendo y acepta el tratamiento. Su actuación en la piscina, superando un récord histórico, sorprende a todos. Sin embargo, el precio es alto: tras la hazaña, se desmaya y se hunde en el fondo de la piscina.
Zoe, que había conseguido una muestra de la sustancia dopante, se la entrega a las autoridades, dejando la historia abierta para una posible segunda temporada cargada de consecuencias, decisiones difíciles y una crítica feroz al sistema deportivo de élite.
¿Vale la pena ver Olimpo: Los dioses del deporte?
Olimpo se presenta como una propuesta fuerte dentro del catálogo de series juveniles en Netflix. Su enfoque en temas como el dopaje, la identidad sexual, la presión familiar y la corrupción institucional le da una profundidad poco común en este tipo de ficciones. Con personajes complejos y tramas entrelazadas, promete mantener a los espectadores enganchados capítulo tras capítulo.
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